Amanece ya y los ultimos invitados estan poniendose sus abrigos o arrodillados, llorandole a un Pescadas su borrachera cruelo confesandole sus pecados a la pared. Amanecera y los ultimo que quedaban se iran y esta vez soy yo que se queda en silecio y en soledad. No importa, puez se que la noche no tiene principio ni tiene final.